
China acaba de inaugurar la planta solar más alta del mundo. Ubicada en Shannan, en la región autónoma del Tíbet (nada menos que a 5.228 metros sobre el nivel del mar), esta impresionante instalación además de batir récords por su altitud, también marca un hito por su eficiencia energética y su rapidez de construcción.
Con 100 MW de capacidad añadidos en esta segunda fase, que se suman a los 50 MW ya en funcionamiento desde diciembre de 2023, la planta Caipeng tiene como objetivo generar electricidad limpia y paliar la escasez energética estacional en una de las regiones más remotas y exigentes del planeta. La energía generada por esta fase sería suficiente para abastecer a más de 100.000 hogares.
Toda una proeza en el techo del mundo
Con esta nueva fase ya activa, la planta solar de Caipeng en el Tibet ocupa 1,4 km² y alberga 170.000 paneles solares bifaciales tipo TOPCon (del inglés 'Tunnel oxide passivated contact'), que se caracterizan por ser capaces de aprovechar al máximo la intensa radiación solar y la alta reflectividad de la nieve tibetana.
De hecho, estos paneles son hasta un 20 % más eficientes que los convencionales gracias a su capacidad para captar también la luz reflejada desde el suelo. Además, la planta incorpora un avanzado sistema de almacenamiento de energía en baterías (BESS) con una potencia de 20 MW y una capacidad de 80 MWh.
Esta tecnología, desarrollada por Sungrow, permite mantener el suministro durante hasta cuatro horas tras la puesta de sol, lo que resulta clave en zonas con grandes variaciones térmicas y de radiación. El sistema incluye refrigeración líquida y gestión térmica con inteligencia artificial, “lo que mejora el rendimiento y la seguridad en un 8 % respecto a soluciones anteriores”, asegura la compañía.
Eficiencia extrema en condiciones extremas
Lo realmente sorprendente de esta segunda fase no es solo su capacidad tecnológica, sino la rapidez con la que se construyó. China Huadian y PowerChina, responsables del proyecto, lograron completar la instalación en tan solo 115 días, es decir, 42 días antes de lo previsto, gracias a técnicas como el uso de soportes preinstalados y líneas de ensamblaje en obra. La inversión total en esta segunda fase ha sido de 127,8 millones de dólares.
En conjunto, la planta Caipeng ya está generando cientos de GWh anuales, con el objetivo claro de reducir la dependencia energética en esta zona remota del Tíbet, especialmente en invierno y primavera. Combinadas, ambas fases (con una potencia total de 150 MW) podrían llegar a suministrar electricidad limpia a más de 150.000 hogares.
Plantas solares revolucionarias made in China: del altiplano tibetano al espacio exterior
China está liderando también otros proyectos radicales en el campo de la energía solar. Uno de los más ambiciosos es su futura planta solar espacial: una estación orbital equipada con un gigantesco panel solar de un kilómetro de ancho que captará la luz solar directamente en el espacio, donde es hasta diez veces más intensa que en la Tierra.
La energía se transmitirá en forma de microondas a estaciones receptoras en tierra, un avance que podría revolucionar la forma en que se produce y distribuye electricidad. El proyecto, liderado por la Academia China de Ciencias, se desplegará por fases mediante cohetes Long March-9, capaces de transportar hasta 150 toneladas por lanzamiento.
Imágenes | China Huadian