
El futbolista del Liverpool Diogo Jota ha fallecido esta madrugada en un accidente de tráfico en Zamora, en la A-52 conocida como 'Rías Bajas'. Viajaba junto a su hermano Andre Felipe, que también ha fallecido, en un Lamborghini Huracán que el futbolista había alquilado, según detalla El País.
El golpe ha sido tan fuerte que el coche ha terminado explotando y totalmente calcinado. Un suceso que vuelve a abrir el eterno melón de la falta de mantenimiento de la infraestructura y de los excesos de velocidad.
Exceso de velocidad y firme en mal estado, una mala combinación
A media noche del miércoles, el jugador portugués del conjunto inglés viajaba en el Huracán, que se salió de la vía en el kilómetro 65 de la autovía A-52, a la altura del término municipal zamorano de Cernadilla. Según apuntan fuentes policiales, uno de los neumáticos traseros reventó durante un adelantamiento debido al mal estado del firme y a la velocidad excesiva.
Tras el reventón el vehículo chocó y acabó incendiándose, resultando en la muerte de los dos hermanos, de tan solo 28 y 26 años. La Guardia Civil apunta a un exceso de velocidad en una vía cuya velocidad máxima está limitada a 120 km/h. Las causas del siniestro aún tendrán que esclarecerse, pero todo apunta a un combo entre exceso de velocidad en una vía con el firme deteriorado.
De hecho, la A-52 es conocida por sus accidentes debido al atropello de lobos y por las condiciones de su trazado. Esta autovía y su carretera nacional alternativa, la N-525 acumularon casi la mitad de los accidentes y de los heridos que se produjeron en 2017 y 2021 en la Red de Carreteras del Estado a su paso por Benavente.
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— Diogo Jota (@DiogoJota18) May 29, 2025
Y no es algo nuevo. Desde hace años se viene advirtiendo de que "la autovía das Rías Baixas, única conexión por carretera de Galicia con la Meseta, hasta A Cañiza presenta numerosas deficiencias: baches, badenes, asfalto rasgado e incluso en algunas partes inexistente". Para intentar solucionarlo, el Ministerio de Transportes quiere conectar O Porriño y Vigo mediante un túnel alternativo al actual trazado de este vial, uno de los tramos de carretera más peligrosos de España y que tiene zonas limitadas a 60 kilómetros por hora.
El tramo que acumula un índice tan alto de siniestralidad es fruto de una mala ejecución: duplicaron carriles de la antigua Nacional 120 en una obra en la que se optó por conservar la calzada existente, adosando una nueva plataforma de manera casi paralela a la actual. Esto dio como resultado un firme con pendientes elevadas, curvas con radios reducidos y excesiva proliferación de entradas y salidas.
Además, esta autovía es el principal punto negro de atropellos a lobos por la falta de mantenimiento de los vallados y de los pasos de fauna de la autovía. Otro ejemplo más de la falta de inversión en infraestructura, pues en España hay 4.600 km de carreteras con un nivel de peligrosidad alto.
Por otro lado, la alta siniestralidad en estas vías se debe a dos factores: el exceso de velocidad y de confianza, además de las distracciones, lo que resulta en salidas de vía que en muchas ocasiones resultan mortales. Según datos de la DGT, en España más de 300 personas fallecen cada año en carreteras debido a la velocidad excesiva. En 2021, el exceso de velocidad fue un factor en aproximadamente el 33% de todas las muertes por accidentes de tráfico.
Foto | Google Maps