
Los eventos de destrucción y monster truck son santo y seña en Norteamérica: vehículos modificados de enormes ruedas concebidos para hacer acrobacias o aplastar otros coches sin contemplaciones. Normalmente las víctimas sobre las que saltan son vehículos de desguace, pero lo que no se suele ver es cómo destrozan un superdeportivo emblemático y carísimo.
Es justo lo que ocurrió el pasado fin de semana. Un pobre SSC Ultimate Aero primero fue aplastado por un monster truck y, por si no fuera suficiente, terminó en las fauces de un robot dinosaurio gigante, que lo destrozó y bañó en llamas.
Historia pura del automóvil convertida en chatarra
Tan doloroso capítulo se pudo ver en el "Thunder at the Mountain" celebrado en el Tri-City Raceway de Richland (Washington). Demolición de coches o un circuito de exhibición de monster trucks estaban en el menú, pero la guinda del pastel era una suerte de MechaGodzilla: un robot enorme con cabeza de dinosaurio y orugas por ruedas encargado de dar la estocada final.
Se dio un festín con varios coches previamente habían sido aplastados por monster trucks. Y entre ellos se encontraba un SSC Ultimate Aero, que esperaba paciente su fatal destino junto a coches de desguace, como se puede ver en esta foto publicada en Facebook.
Sin piedad, el ya dañado Ultimate Aero acabó demolido por los dientes del enorme robot, que hizo trizas en pocos minutos toda su fisonomía. Luego empezó a echar fuego, rematando la tarea y dejándolo convertido en un amasijo de chatarra y fibra de carbono. Como es lógico, tal herejía no fue vista con buenos ojos por todos los allí presentes. Ni por los internautas.
El coche más rápido del mundo. El SSC Ultimate Aero fue el primer retoño de producción de SSC North America, la compañía antes conocida como Shelby Supercars. Lanzado propiamente en 2006, este hiperdeportivo de casi 1.200 CV fue en su momento el coche de producción más rápido del planeta, arrebatándole el título al Bugatti Veyron con una marca de 412,26 km/h.
Este brutal americano montaba un V8 de Chevrolet de 6.5 litros y 1.187 CV, para sus 1.200 kg de peso, gracias a recurrir a ligeros materiales como la fibra de carbono o el titanio. Estas credenciales le permitían acelerar de 0 a 100 km/h menos de 3,0 segundos.
Si bien tuvo varias versiones, como el Aero TT o la edición de despedida Ultimate Aero XT de la que solo se fabricaron cinco unidades, del Ultimate Aero a secas se estima salieron de fábrica 25 ejemplares. Y uno de ellos ha tenido ahora tal destino. Este modelo tenía un precio de partida que superaba los 600.000 dólares de entonces.
SCC lamenta el sacrilegio. No está del todo claro cómo acabó semejante joya sobre ruedas en este evento de demolición. Según en entusiasta del automóvil Freddy "Tavarish" Hernández, que publicó varias fotos con el SCC destrozado no dando crédito, su dueño lo donó a la organización. Desde The Drive se han puesto en contacto con SSC Norteamérica y aseguran que la marca no cedió esta unidad, así que bien podría ser así.
"Ese coche forma parte de la historia del automóvil y también tuvo una historia increíble tras su camino hacia el Récord Mundial Guinness de 2007", lamentó Jerod Shelby, director ejecutivo de la firma. Dolorpasión en estado puro.
Imágenes | Johns Cabinets and Millwork en Youtube