
Para muchos entusiastas, poseer un Bugatti Veyron es un sueño. Aunque el problema no son tanto los al menos dos millones de euros que cuesta, sino el coste del mantenimiento de esa obra de arte que dejó de fabricarse en 2015. Los talleres oficiales de las marcas tienen fama de facturar los recambios y la mano de obra a precio de oro, pero Bugatti se lleva la palma. Un simple cambio de aceite puede costar tanto como un SEAT Ibiza y cambiar el botón de ajuste de los retrovisores es casi el precio de un Dacia Sandero nuevo.
¿No es un poco exagerado? Quizá sí. O al menos es lo que pensó Carl Hartley. De hecho, un taller independiente le arregló un pequeño fallo en su Veyron por el que la marca le quería cobrar más de 11.000 euros. Este taller lo hizo por un precio tan bajo, que le dio vergüenza cobrar por ello y se conformó con una cerveza.
Una reparación 11.000 veces más barata que en el taller oficial
Cuando hablamos de un coche que cuesta varios millones de euros, es lógico que su mantenimiento no sea tan asequible como el de un modelo de una marca generalista. Sin embargo, el Bugatti Veyron tiene unos costes de mantenimiento astronómicos.
La marca francesa recomienda una revisión anual para que el coche funcione a la perfección. Este servicio incluye la sustitución del aceite y de todos los filtros del motor, el cambio de los filtros de los diferenciales delantero y trasero así como la revisión de la caja de cambios. En total, esa revisión requiere 18 litros de aceite y muchísimas horas de mano de obra.
El precio del aceite puede parecer elevado, pero son los filtros y el tiempo invertido en ellos los que realmente suman. Un solo filtro para la caja de cambios cuesta ya casi 1.000 euros. Para la transmisión, el filtro es tres veces más caro. Y para cambiar los filtros de aire, hay que desmontar completamente la parte trasera del Bugatti.
Sin embargo, la verdadera razón del precio desorbitado es el tiempo necesario. Una revisión completa de un Bugatti Veyron requiere 27 horas de mano de obra, que se cobran según las tarifas de Bugatti. En total, una revisión anual puede costar casi 25.000 euros.
Aun así, no dejan de ser precios elevados y aunque para la mayoría de dueños de un Veyron esas cifras sean poco más que calderilla, en ocasiones es imposible no evitar pensar que quizá abusan un poco con los precios. Es lo que le pareció a Carl Hartley, hijo del compraventa de coches de lujo más rico del Reino Unido y él mismo compra-venta de éxito junto con su hermano Tom Hartley Jr.
Carl poseía un Bugatti Veyron y aprovechando que lo había llevado a una revisión completa, la cual le iba a costar cerca de 40.000 libras esterlinas, cuenta, pidió que revisarán también el botón que permite ajustar los espejos retrovisores del coche. No estaba roto, pero sí tenía algo de juego.
En Bugatti, le pedían 9.500 libras esterlinas para cambiarlo, unos 11.300 euros al cambio. Había que cambiar todo el mecanismo y desmontar media puerta para ello, le habrían explicado desde el taller oficial. No le gustó el presupuesto y aún menos la explicación. Así que se lo llevó a un taller independiente con el que trabaja en ocasiones para los coches de su compra-venta.
Le dejó el Veyron un par de días y, al volver, ya estaba solucionado sin que le pasaran presupuesto alguno o factura. Y es que la reparación fue tremendamente económica y no hubo más que cambiar el botón.
“No fue fácil. Encontré la pieza, pero sólo me la vendían en packs de cinco. Me costó 89 peniques [unos 1,16 euros al cambio]”, le dijo Neil, el responsable del taller.
Al parecer, el botón es idéntico al del un Volkswagen Transporter. Recordemos que Bugatti perteneció al Volkswagen Group, fue el golpe sobre la mesa de Ferdinand Piëch, y los coches de todas sus marcas comparten no pocos componentes.
“Me llevó 25 minutos cambiarlo así que me debes una cerveza”, añadió Neil. “No vuelvo a llevar mi coche a Bugatti en la vida”, pensó Carl Hartley.
Imágenes | Bugatti, Moore Money Secrets