
El 20 de abril de 2010 era un día como otros en la plataforma de extracción de petróleo ‘Macondo Prospect’ en el Golfo de México. A las 19h45, una bolsa de gas metano no detectada se propagó por el pozo hacia arriba, explotó y rodeó la plataforma de llamas. Dos días después se descubrió que el petróleo brotaba a la superficie dando lugar a una de las mayores mareas negras de la historia.
Pasaban los meses y BP seguía sin saber cómo sellar el pozo. Hasta que se empezó a sugerir en diferentes medios si no sería una buena idea usar una bomba atómica para sellar rápidamente y de una vez por todas ese dichoso pozo. La idea se asemeja un poco a matar moscas a cañonazos, pero muchos recordaban que la Unión Soviética lo había hecho en varias ocasiones con éxito. Sí, la URSS apagó varios incendios de pozos de hidrocarburos en los años 60 y 70 con bombas nucleares.
Después de tres años ardiendo, había que apagar el incendio de alguna forma
En 1966 se utilizó esta técnica en Uzbekistán, y luego en 1972 en Turkmenistán. A principios de la década de 1980, no lejos del pueblo de Kamyziak, en la región de Astracán se llevaron a cabo una serie de 15 explosiones nucleares, pero se trataba de pozos de gas y no de petróleo, como explicó Maxime Chingarkine, asesor científico de la Presidencia rusa, que viajó a Estados Unidos para compartir con las autoridades los métodos soviéticos en la lucha contra la marea negra y los incendios de pozos de energías fósiles.
“Con el gas, es imposible extinguir un incendio, ni acercarse a él, debido al intenso calor desprendido”, recordaba Chingarkine. “En estos casos, la única solución es una explosión que sacuda el suelo y bloquee el pozo. Utilizar explosivos convencionales es muy complejo y muy caro, ya que hay que desplegar una potencia de unas 20 kilotoneladas, es decir, 20.000 toneladas de TNT. Eso representa varios convoyes ferroviarios llenos de explosivos. Por eso se eligió la energía nuclear”, explicaba el asesor ruso.
La primera vez que la URSS utilizó una bomba nuclear para apagar un incendio fue en 1966, en el pozo de gas en el desierto cerca de Urta-Bulak, en Uzbekistán. El pozo llevaba ardiendo casi tres años y los métodos convencionales para acabar con él habían fracasado. Al final, optaron por usar una explosión nuclear.
Se perforó un pozo de unos 1.500 metros de profundidad y se introdujo un explosivo nuclear de 30 kilotones a unos 35 metros del pozo de gas. Esta bomba, un ejemplo de explosión nuclear pacífica, se detonó el 30 de septiembre de 1966.
Las ondas de la explosión removieron el subsuelo, derrumbando el pozo, mientras que el calor extremo de la detonación convirtió la roca en vidrio, sellando definitivamente el pozo de gas. De este modo se extinguió con éxito el incendio en segundos. En los estudios posteriores no se detectó radiactividad por encima de los niveles de fondo, o eso decían las autoridades de la URSS.
Imágenes | Burnt Pineapple Productions